En la moda actual, la tendencia a utilizar fibras
naturales para fabricar productos textiles y vestimenta es cada vez más grande.
En Alemania, una diseñadora ha comenzado a crear telas de leche. Se trata de
fibras lácteas, que, además de producirse con técnicas sostenibles y cuidando
del medioambiente, tienen el fin de ayudar a las personas que sufren de
alergias y otras enfermedades en las que la piel reacciona a los productos
químicos usados en la industria textil.
Investigando para
hallar fibras naturales, la científica dio con la caseína, una de las proteínas
de las que está compuesta la leche. En la Semana de la Moda de Berlín de 2011,
el aporte de la diseñadora, de 28 años, fue reconocido con el Premio a la
Innovación de la Unión alemana Textil de la Moda. Se calcula que en 2012 ya se
podrá adquirir vestimenta hecha de fibras lácteas en las tiendas de ropa.
Anke Domaske diseña y produce sus
modelos de fibra láctea en un taller ubicado en
lo que alguna vez fue una enorme
fábrica en la ciudad de Hannover. Las paredes son blancas y el piso, totalmente
negro. Nada debe distraer la atención. La concentración se enfoca en los
colores de la ropa de Qmilch –una palabra que alude a la
‘leche de vaca'.
Si bien hace años que muchos
diseñadores intentan que la conciencia ecológica encuentre un lugar definitivo
en la moda, parece que las dificultades son muchas.
Para producir fibra láctea
sólo se necesitan dos litros de agua por cada kilo de fibra textil. Además, la
empresa Qmilch se preocupa por emplear sólo la leche
de desecho. Para fabricar la fibra, se colocan en una máquina mezcladora la
caseína, el agua y otras sustancias naturales, como, por ejemplo, cera de
abejas.
“Esta máquina funciona como
una gran picadora: adentro hay dos espirales. La masa se calienta y se vuelve
moldeable y, al final, se prensa a través de la hiladora, obteniendo una fibra
que es más delgada que un hilo. Esa fibra se envía luego a una tejeduría, y,
más tarde, a la fábrica textil”, dice Anke Domaske.
En el taller de Anke Domaske
ya se puede apreciar el prototipo de un vestido hecho de un 25 por ciento de
fibra caseínica. La tela es sedosa al tacto. ¿Será por eso que Cleopatra tomaba
baños de leche? Quién sabe. Lo que sí es importante para la diseñadora alemana
es que la fibra textil fabricada con leche es bien tolerada por alérgicos y
personas con enfermedades de la piel.
“En mi círculo de amigos
conozco a varias personas que sufren de alergia y, lamentablemente, también de
cáncer. Me conmueve ver los problemas que tienen, entre otras cosas, para
encontrar algo que ponerse que no les provoque reacciones en la piel. Es a esas
personas a las que deseamos ayudar de algún modo, y ese fue nuestro punto de
partida”, recuerda la microbióloga.
El interés por nuevas fibras
naturales es enorme. A la diseñadora Anke Domaske ya la contactaron empresas
automotrices, hoteles y fabricantes de instrumentos para médicos.
Buen tema... gracias.
ResponderEliminar